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Foto del escritorRG Psicólogos

"EL SUEÑO NATURAL, UNA NECESIDAD VITAL"

Actualizado: 24 ago


gato durmiendo plácidamente

Es usual después de un período vacacional preguntarnos en terapia qué tal han ido nuestras

vacaciones. Curiosamente, la mayoría de los pacientes en edad laboral, pero también estudiantes en etapas educativas superiores suelen contestar un “muy bien” seguido principalmente de “he descansado y dormido mucho”. Lo primero que responden no es contando qué han hecho en sus vacaciones, con quién las han compartido, si han sido divertidas o no, si han aprendido o descubierto algo nuevo...no. El sueño natural, una necesidad vital.

Si estuviéramos en otra etapa de la historia de la humanidad, seguramente, nos quedaríamos perplejos al escuchar estas respuestas; sin embargo, estamos más que acostumbrados a que el descansar o el dormir sea un absoluto privilegio en nuestra era.


A lo largo de nuestra historia como especie, el sueño ha ido cambiando con nosotros adaptándose también a los cambios a los que nos hemos tenido que introducir como seres que habitamos en sociedad.


Sección de un cerebro

El sueño es una necesidad fisiológica que todos los seres humanos experimentamos, ya que es esencial para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.


Durante el sueño, nuestro cuerpo se regenera y se prepara para enfrentar un nuevo día. Además, el sueño es fundamental para la consolidación de la memoria y el aprendizaje. "El sueño natural, una necesidad vital"


Cada año, en el tercer lunes de marzo, se celebra el Día Mundial del Sueño. Esta fecha fue creada con el objetivo de concienciar sobre la importancia del sueño para nuestra salud y bienestar.


Un estudio llevado a cabo por el historiador Roger Ekirch sobre los distintos patrones de sueño a lo largo de la historia afirma que, en la Edad Media, casi todo el mundo dormía dos veces cada noche, en turnos de aproximadamente cuatro horas separados por una hora o dos de vigilia. Estas horas eran dedicadas a realizar tareas ordinarias como labores del hogar, leer, escribir, reflexionar sobre la vida, relajarse, charlar con la pareja o familia, orar, tener sexo o reflexionar sobre los primeros sueños de la noche. Este período tenía un papel importante a la hora de reducir el estrés del día anterior y fomentar el bienestar general en la persona. "El sueño natural, una necesidad vital"


La principal hipótesis sobre el cambio en nuestro patrón de sueño llega de la mano de la Revolución Industrial. Parece ser, que la iluminación artificial fue la principal causa por la que dejamos de tener este método. Erich compara la luz artificial con una droga a la que estamos constantemente expuestos y que provoca una alteración de nuestros niveles hormonales, afectando a nuestro ciclo vigilia-sueño.


A pesar de la recomendación de dormir 8h diarias de forma seguida, también puede haber otros patrones saludables. Podemos experimentarlos en fines de semana y días no laborables o durante las vacaciones, cambiando este estilo de sueño, pero sintiéndonos descansados al despertarnos.

Niño subiendo escalera imaginaria en sueños.

Dependiendo de la edad que tengamos, necesitaremos dormir más o menos horas, por ejemplo, lo niños suelen necesitar unas 10h de sueño, los adultos unas 8h que se van reduciendo conforme llegamos a la adultez tardía.


Entonces, ¿cuál es el mejor manera?


Probablemente, nuestro sueño está condicionado más por las exigencias sociales que por nuestra verdadera necesidad como individuos. Además de dedicarnos a trabajar, tener tiempo para comer saludablemente, hacer deporte, dormir, dedicarse a una afición, pasar tiempo con la familia, amigos, crianza de hijos, descansar y dormir se han convertido en exigencias sociales que el sistema actual no nos permite.


Ser conscientes de cómo esto nos puede llegar a afectar física y mentalmente puede ser clave para pararnos a pensar si necesitamos introducir algún cambio. Algunos estudios han corroborado que la falta de sueño puede afectar a nuestro sistema inmunitario. Las personas que no tienen horas de sueño de calidad o suficientes horas de sueño tienen más probabilidades de enfermarse tras estar expuestas a un virus. Así como también puede afectar la velocidad a la que te recuperas si te enfermas. A largo plazo aumenta el riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades del corazón.


También afecta a nuestra capacidad de tomar decisiones y a nuestro estado

anímico, sintiéndonos más irascibles cuando dormimos poco.

Cara enfadada por falta de sueño

Además de tener poco tiempo, otros factores como los juicios de valor social afectan a nuestra forma de dormir. Por ejemplo, podemos pensar en el refrán “A quien madruga, Dios le ayuda” y el peso que tiene en nuestra cultura, provocando preocupación, ansiedad y vergüenza el hecho de no levantarse temprano y ser súper productivos.


Es importante tener en cuenta nuestro ritmo circadiano, es decir, el ritmo biológico que se desarrolla de forma cíclica y que responde a los estímulos de luz. En el ritmo circadiano normal, cuando empieza a oscurecer, nuestro cuerpo comienza a aumentar la temperatura corporal periférica y segrega melatonina, así sentimos somnolencia y podemos dormir durante la noche. A primera hora de la mañana, al exponernos a la luz, caen esos niveles de melatonina nos despertamos y comienza la vigilia. Sin embargo, hay personas que presentan una modificación genética en este ritmo y se sienten muy somnolientos durante las mañanas, teniendo el punto de mayor actividad y energía hacia la tarde/noche. Estas personas pueden sentir que son vagas o poco productivas, cuando, en realidad, lo que les ocurre es que los ritmos sociales, como la mayoría de los trabajos en los que el horario es de mañana, son contrarios a sus necesidades naturales.


Noche y día

Algunos autores advierten de la necesidad de las empresas de conocer la preferencia circadiana para ajustar a los trabajadores a sus horarios de trabajo. De este modo, se podrían aprovechar los picos de rendimiento óptimo de cada trabajador. Sin embargo, actualmente, es un procedimiento que, probablemente, esté lejos de llevarse a cabo.


Para concluir, quizás no es tan importante buscar millones de técnicas de relajación e higiene del sueño como escucharse a sí mismo, a nuestro cuerpo y nuestras propias necesidades, adaptándolas, en la medida de lo posible, a nuestra sociedad actual.

Fiordo en invierno

Escrito por Sara Rivas Paredes.

Maquetación y diseño Alejandro García.

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